Ya contaba una vez cómo Cris nos alegró una noche de Party con caipirinhas. Pues ayer nos volvimos a reunir en casa de mami Eli, como siempre. Pedimos unas croquetas y unas pizzas por teléfono y allí que empezamos a jugar al Catán (nombre real Los Conquistadores de Catán). Además, para no perder la costumbre y para que se me olvide a mí el ron tan malísimo que venden en Alemania, teníamos por allí una botella de ron del bueno, del que me gusta a mí.
A la mitad de la segunda partida y después de liarnos por n-ésima vez cogiendo ovejas, madera, barro, trigo y pedruscos, y de construir poblados donde no se podía, Cris sentenció:
¡Es que esto de jugar al Legendario bebiendo Catán...!
Y tanto Cris, y tanto.
A la mitad de la segunda partida y después de liarnos por n-ésima vez cogiendo ovejas, madera, barro, trigo y pedruscos, y de construir poblados donde no se podía, Cris sentenció:
¡Es que esto de jugar al Legendario bebiendo Catán...!
Y tanto Cris, y tanto.
1 comentario:
Jeje este juego le descubrí en verano en el pueblo, menudo vicio tenía todo el mundo con él, es que no paraban
Publicar un comentario