martes, 28 de octubre de 2008

Experimentos que marcan

La investigación que uno puede llegar a hacer en un doctorado será más o menos importante en el campo concreto en que esté enmarcada. A veces es más, a veces menos importante. Incluso a lo largo de la vida de un investigador, es posible que nunca "descubra" nada muy importante, y que su contribución sea más bien modesta, pero imprescindible para la continuación en una determinada línea.
Yo hago Biología del Desarrollo, que dicho así rápido es estudiar cómo los organismos pasan de ser una sola célula tras la fecundación, a convertirse en un animal completo, con tejidos y órganos completos, vivo. Evidentemente muchas cosas ya se saben, y de eso se da cuenta uno cuando lee los experimentos que hicieron, por ejemplo, Hans Spemann y Hilde Mangold (muy fuerte que sólo tenga artículo de Wikipedia en alemán) a principios del siglo XX, y que publicaron en 1924 (que se dice pronto). En estos experimentos, estos dos científicos demostraron cómo las células de una pequeña región del embrión de una rana (el organizador de Spemann) eran capaces de inducir un segundo eje corporal cuando eran transplantadas a otro embrión en la misma etapa de desarrollo. Así, obtuvieron ranas con dos cabezas, por ejemplo. Este tipo de experimentos marcan, evidentemente, un antes y un después en el campo, y uno siempre sueña con descubrir algo así. Sin embargo, cada vez es más difícil descubrir algo de tamaña importancia, puesto que cada vez quedan (al menos en mi campo) menos cosas que descubrir, y más en las que profundizar, que tampoco está nada mal, por cierto.
En mi laboratorio trabajamos con un pequeño pez de agua dulce, que todo el que tenga acuario en casa conocerá: el pez cebra. Cuando damos alguna charla a una audiencia "no peceril", siempre ponemos esta película, que resume en time-lapse las primeras 24 horas del desarrollo de uno de estos peces:

Esta película está muy conseguida, pese a ser de los años 70, y es que el autor es nada más y nada menos que Charles (Chuck) Kimmel, un tío tela de simpático que lleva toda la vida cacharreando con los peces y que hizo una descripción exhaustiva de las etapas tempranas de su desarrollo y les dio nombre. Ahora todos citamos las etapas con el nombre que él les dio. El embrión es transparente, por eso somos capaces de ver en esta película claramente cómo se van dividiendo las células, cómo luego empiezan a cubrir el vitelo (la yema del huevo) y cómo migran hacia el lado dorsal (hacia la derecha) para formar el pez, con su cabeza, su cola, sus primordios de vértebras, etc.
Pero, volviendo al tema de los experimentos que marcan un antes y un después, a veces lees artículos que te dejan con la boca abierta, literalmente. Yo estuve una mañana babeando sobre el teclado cuando este tipo publicó su último artículo. Y es que esta gente ha desarrollado un microscopio que es capaz de tomar imágenes de la muestra desde su alrededor, cubriendo los 360 grados. Y si la muestra es un pez cebra que tiene los núcleos de sus células marcados con GFP (véase el premio Nobel de Química de este año) y grabamos su desarrollo desde la fertilización hasta aproximadamente 10 horas después (más o menos cuando "se cierra" el embrión y se empiezan a adivinar los primordios de ojos, oídos, vértebras y cola), nos queda algo como esto: (A la izquierda una vista "desde arriba", y a la derecha, una "desde abajo")

Lo genial de esta película es que podemos saber, en cada momento, dónde está cada una de las células del embrión. Esta gente ha conseguido grabar cómo se comporta cada una de esas células. Casi ná. Y lo han puesto a disposición de toda la comunidad científica (te puedes bajar todas las películas que han hecho desde aquí). Y no sólo han puesto las películas ya montadas (que en sí sólo tienen un valor estético), sino toooooda la información "en bruto" para que cada cual haga el análisis de la manera que más le convenga.

A mí, personalmente, me parece una pasada.

viernes, 3 de octubre de 2008

La mejor excusa

Hoy es 3 de Octubre, día de la Reunificación alemana. Die Wende, para los amigos. Y yo, como otros tantos científicos un tanto frikis, estoy trabajando. En mi instituto han tenido la decencia de, aun siendo fiesta, abrir la cafetería por la mañana para que nos tomáramos un cafelito. Nada mal. Me he cruzado con mucha gente y en todas las caras se podía leer claramente: me jode sobremanera que sea fiesta para el resto del país menos para los pobres doctorandos. Y a todo el que le preguntaba cómo es que estás aquí en fiesta me daba una respuesta nada más que regular: excusas baratas para intentar esconder nuestro frikismo máximo para con la Ciencia. Hasta que me han dado la mejor respuesta del mundo mundial; friki a la par que alemanamente patriótica:

Qué mejor que celebrar la Reunificación de Alemania que haciendo buena Ciencia en un maravilloso instituto situado en la antigua RDA.

Y yo creo que hasta lo ha dicho en serio el chaval...