martes, 12 de diciembre de 2006

Injusticias

Como os contaba, algo cambió la noche de la botella de ron. Gracias a eso, los días lluviosos he salido de casa con una sonrisa. He sabido alegrarme incluso cuando el maldito gel que he repetido 3 veces no ha salido. He sabido comer con alegría la 'crapy food' de la cantina y he sabido disfrutar aún más si cabe del despertar cada mañana.
Algo cambió, y el agente responsable del cambio se encuentra ahora a 12500 km (doce mil quinientos, que se dice pronto), disfrutando del verano austral. Y yo aquí. ¿Es que hay derecho?

Al menos me dejó en prenda a Martin Luther (martinlúter o martin para los amigos) que me mira con ojitos tiernos, como compadeciéndose de mí...


3 comentarios:

Anónimo dijo...

Esa noche te estaba esperando, y por fin ha llegado... Un besazo

Anónimo dijo...

Ya me imaginaba yo que era algo de eso...
Para las que estamos encima de la nube no hay distancias, ¿no? :D

PD: no puedo publicar como yo misma :´(

qelena dijo...

Angie pequeña, ya mismo te doy ese besazo en persona. ¡Menos de una semana!
Blümchen, no me hables que tengo un cabreo... esto de la migración al nuevo Blogger me ha dado más de un disgusto!