Hay ciertos momentos en los días de cada uno, en que se piensa que se es parte de un cuadro, o de un libro, o de una película. Parte de una historia. Y entonces el mobiliario urbano pasa a ser atrezzo. Los que te rodean, actores secundarios o incluso figurantes. Tus pensamientos, parte de un guión mil veces repensado.
A mí aquí en Dresden me pasa mucho. Pero quizá sea al revés, y es que el cielo de Dresden siempre, da igual que haga buen o mal tiempo, parece un cuadro.
martes, 14 de agosto de 2007
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8 comentarios:
Qué foto tan bonita!!!
Bueno, me opongo a que pongas esa foto y me digas que no está retocada porque entonces me pongo a llorar de envidia de inmediato. ¡¡Dime qué le has hecho, o me muero en este mismo instante!! Jajajaja
Lo peor es que tiene pinta de que la foto es así de verdad, porque si hubiese sido retocada, la luz de la ventana no habría salido tan blanquiazul, digo yo...
Por cierto acabo de descubrir que se le puede dar de comer a Martinlúter! Qué divertido!
Ah, y para que te mueras de envidia con fotos del cielo mira las mias...
La foto no está retocada por el simple hecho de que no sabría cómo hacerlo...
No es que todos los atardeceres sean así de bonitos, pero aquel día el cielo se puso naraaaaaaaanja naranja de verdad, justo antes de que cayera una tromba de agua que duró una media hora.
Fue el 20 de Julio de 2007.
Es una foto muy bonita, Elena.
Yo cuando era niño tenía mucho la sensación de actor de película. Ahora no tanto... más bien la sensación de no controlar lo que pasa.
Parece que mi limitada conexión de 56 kb (28 en realidad :-P) del pueblo y blogger les da por jugar con mis comentarios
Preciosos colores los de la foto
Bonito cielo :-)
Que maravilla!!!
yo hubiera dicho que era el apocalipsis, pero si me dices que no...
Pues nada... habr� que seguir con la pel�cula...
Un saludo!
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