lunes, 26 de octubre de 2009

Un fin de semana cualquiera en Dresden

El viernes por la tarde acabé de convencer a los que me quedaban del equipo de frisbee para ir en Diciembre a la III Edición de Chiripones, el torneo de beach ultimate frisbee que se celebra en Punta Umbría. Allí que estaré en el puente de la Inmaculada con cuatro chicos de los más graciosos que se dan por estos lares. El viaje promete, y mucho. Qué ganas.
Luego Abi me invitó espontáneamente a unirme a cenar en Villandry, y me comí un rape delicioso, seguido, cómo no, de la única e inigualable crème brûlée de la casa.
El sábado por la mañana desayuné en skype con mi hermana, que estaba de cumpleaños. Luego trabajé un par de horas, y cuando acabé en el lab estuve paseando por el centro. Ya huele a Navidad en Dresden. Por la noche vi "Das weisse Band", la última de Michael Haneke, que resultó ser de una belleza absoluta.
El domingo me regalaron una hora más de sueño, luego fui a trabajar otro par de horitas y luego tuvimos una sesión genial de frisbee, un poco pasada por agua al principio pero muy divertida después. Vinieron también Nadine, TWP y Christian, tres de los Deckels y, como siempre, nos hicieron sudar. Además de mejorar en frisbee, parece que estamos consiguiendo establecer como norma el hablar sólo en alemán durante todo el juego y la subsecuente cerveza. Nos pegamos, como siempre, unas cuantas risas y luego a casa, duchita, pijama y mantita en el sofá.
Sé que me repito mucho, pero no hacer nada "especial" en el fin de semana hace que sea de lo más especial.
Quizá haya ayudado el hecho de haberme despertado estos días feliz por ningún motivo y por todos a la vez.

1 comentario:

Foncu dijo...

Yo también me levanto feliz últimamente. No sé el motivo concreto, "ni falta que me importa", ser feliz es suficiente.

¡Vivan los días sin nada especial que te hacen ser feliz!