miércoles, 1 de julio de 2009

La vida ya podría ser sueño

El domingo tuve la peor noche en mucho tiempo. Después de un fin de semana de bastantes emociones, me acosté el domingo con mucha incertidumbre, mucho nerviosismo y bastante preocupación. Me dormí fácilmente, pero me desperté continuamente durante toda la noche. Como viene siendo habitual desde que vine a Alemania, descargué además el nerviosisimo sudando como un pollo.

Lo inusual fue que soñé mucho. Bueno, fue todo el tiempo el mismo sueño, pero los 10-20 minutos que conseguía dormir seguidos, conseguía soñar. Y era un sueño bueno. Vaya que si era bueno. En él, todos los motivos que tengo para estar nerviosa, preocupada y llena de incertidumbres, se disolvían. Todo salía bien. Todo se arreglaba. Alles war wieder gut.

Y me despertaba. Y me volvía a dormir. Y me despertaba. Y me volvía a dormir. Y en esos 10 segundos en que me despertaba, todo era borroso, y yo me alegraba sobremanera de que todo se estuviera arreglando. Me volvía a despertar y volvía a ser totalmente feliz porque todo estaba saliendo bien. De pronto, todo estaba bien, se me acababan los problemas y todos éramos felices. Todos. Qué buena noche, al fin y al cabo, quitando el sudor y las intermitencias.

Pero llegó la mañana, sonó el despertador y estuve despierta algo más de 10 segundos. Y ahí sucedió: me di cuenta de que todo había sido un sueño. En un instante, toda la alegría acumulada durante horas se desvaneció. Fue como una piedra que cae sobre el estómago y te intenta hundir. Fue una certeza tan clara, un desengaño tan cruel, que por un momento pensé que eso estaba siendo el sueño.

Y el lunes tuve el peor lunes en años.

1 comentario:

ANTONIO dijo...

No debes preocuparte por la realidad cotidiana. Solo de los sueños. Sin sueños no seguiria la vida. Sigue soñando.