Me da rabia querer describir lo que viví, porque cualquier cosa que escriba será incapaz de hacerle justicia al espectáculo que Mr. Cohen nos brindó anoche.
Empezando con "Dance me to the end of love", siguiendo con "Everybody knows" y compartiendo esa voz cada vez más grave y más rota con nosotros, consiguió tenerme con la boca abierta durante tres horas. Y aún hoy conservar una sonrisa boba en mi cara.
"Bird on the wire" me sonó mucho más triste que de costumbre, quizá porque lo vi a él, intentando explicarse a sí mismo por qué había hecho las cosas así, y pidiendo perdón a quién sabe qué persona por quién sabe qué cosas.
Cuando empezó a sonar "Suzanne" llamé a mis padres y compartí con ellos ese momento mágico. Y es que si no fuera por ellos, yo nunca hubiera ido ayer a Berlín a ese concierto.
Más tarde sonó "Hallelujah" y yo no me podía creer el hecho de estar oyendo en directo mi canción favorita de todos los tiempos. No me podía creer que ese tipo con traje y sombrero, de 74 años, pudiera hacerme sentir todo lo que sentí ayer.
Salió del escenario sin haber cantado "First we take Manhattan", y le obligamos a volver, porque nos tenía atrapados, y queríamos oírselo decir: "First we take Manhattan... then we take Berlin".
Y al final, nos conminó a ser felices de cualquier modo, y a buscar las buenas cosas en la familia y los amigos. Y si faltan, en la soledad.
Thank you, Mr. Cohen.
Empezando con "Dance me to the end of love", siguiendo con "Everybody knows" y compartiendo esa voz cada vez más grave y más rota con nosotros, consiguió tenerme con la boca abierta durante tres horas. Y aún hoy conservar una sonrisa boba en mi cara.
"Bird on the wire" me sonó mucho más triste que de costumbre, quizá porque lo vi a él, intentando explicarse a sí mismo por qué había hecho las cosas así, y pidiendo perdón a quién sabe qué persona por quién sabe qué cosas.
Cuando empezó a sonar "Suzanne" llamé a mis padres y compartí con ellos ese momento mágico. Y es que si no fuera por ellos, yo nunca hubiera ido ayer a Berlín a ese concierto.
Más tarde sonó "Hallelujah" y yo no me podía creer el hecho de estar oyendo en directo mi canción favorita de todos los tiempos. No me podía creer que ese tipo con traje y sombrero, de 74 años, pudiera hacerme sentir todo lo que sentí ayer.
Salió del escenario sin haber cantado "First we take Manhattan", y le obligamos a volver, porque nos tenía atrapados, y queríamos oírselo decir: "First we take Manhattan... then we take Berlin".
Y al final, nos conminó a ser felices de cualquier modo, y a buscar las buenas cosas en la familia y los amigos. Y si faltan, en la soledad.
Thank you, Mr. Cohen.
1 comentario:
Se me está haciendo la boca agua. Para que babee me queda poco más de mes y medio.
Me alegro de que a sus 74 años siga transmitiendo esa magia a la que nos tiene acostumbrados.
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