Estimada Señora Montero,
En estos momentos me hallo finalizando mi tesis doctoral en Alemania, donde vivo desde hace cuatro años. El tema de la misma es biológico: Divisiones celulares orientadas en el desarrollo temprano del pez cebra. Nada interesante, si puedo serle sincera. No me está resultando excesivamente difícil escribirla, pues he trabajado duro estos cuatro años, y las palabras van saliendo con naturalidad. Lo que más me está costando es ese apartado maldito, los Agradecimientos.
Para mí, si puedo volver a serle sincera, el más importante de la tesis. Una tesis doctoral no es sólo redactar las ciento y pico páginas. Una tesis doctoral en investigación básica supone muchas frustraciones, muchísimos malos momentos, muchas lloreras escondida en las escaleras de emergencia con un brazo amigo sobre los hombros. Los experimentos no salen, vuelven a no salir, siguen sin salir. Y uno piensa que nunca, nunca va a terminar el doctorado. Pero llega el día en que haces el último experimento, publicas tu artículo en una revista de alto impacto, llega el día en que puedes sentirte orgullosa de los cuatro años en los que has dado la vida por el laboratorio. Y no tienes dedos en las manos suficientes para contar a la gente que te ha ayudado a no saltar por la ventana más de una vez. Los amigos que he hecho aquí, Señora Montero, ¡ay! Los amigos que allí en Sevilla siguen haciéndome pensar que nunca salí de sus vidas. Que comparten conmigo horas y horas al teléfono cuando paso por malos momentos. Esos amigos, ¡ay!
Por eso hoy, al leer su columna, 'Gracias' se me han saltado las lágrimas, al igual que todas esas veces que he comenzado, sin nunca acabarlo, el apartado Agradecimientos de mi tesis. Gracias a usted por saber poner las palabras en el orden adecuado para reflejar lo que pasa por mi cabeza estos días en que reflexiono sobre los últimos cuatro años. El lunes que viene depositaré mi tesis en la Universidad, y sé que habrá un apartado Agradecimientos terminado; tiene que haberlo. Sólo espero que su contenido sea capaz de llegar al corazón de la gente que en él menciono como sus palabras han llegado al mío. Muchas gracias.
Atentamente,
Elena
En estos momentos me hallo finalizando mi tesis doctoral en Alemania, donde vivo desde hace cuatro años. El tema de la misma es biológico: Divisiones celulares orientadas en el desarrollo temprano del pez cebra. Nada interesante, si puedo serle sincera. No me está resultando excesivamente difícil escribirla, pues he trabajado duro estos cuatro años, y las palabras van saliendo con naturalidad. Lo que más me está costando es ese apartado maldito, los Agradecimientos.
Para mí, si puedo volver a serle sincera, el más importante de la tesis. Una tesis doctoral no es sólo redactar las ciento y pico páginas. Una tesis doctoral en investigación básica supone muchas frustraciones, muchísimos malos momentos, muchas lloreras escondida en las escaleras de emergencia con un brazo amigo sobre los hombros. Los experimentos no salen, vuelven a no salir, siguen sin salir. Y uno piensa que nunca, nunca va a terminar el doctorado. Pero llega el día en que haces el último experimento, publicas tu artículo en una revista de alto impacto, llega el día en que puedes sentirte orgullosa de los cuatro años en los que has dado la vida por el laboratorio. Y no tienes dedos en las manos suficientes para contar a la gente que te ha ayudado a no saltar por la ventana más de una vez. Los amigos que he hecho aquí, Señora Montero, ¡ay! Los amigos que allí en Sevilla siguen haciéndome pensar que nunca salí de sus vidas. Que comparten conmigo horas y horas al teléfono cuando paso por malos momentos. Esos amigos, ¡ay!
Por eso hoy, al leer su columna, 'Gracias' se me han saltado las lágrimas, al igual que todas esas veces que he comenzado, sin nunca acabarlo, el apartado Agradecimientos de mi tesis. Gracias a usted por saber poner las palabras en el orden adecuado para reflejar lo que pasa por mi cabeza estos días en que reflexiono sobre los últimos cuatro años. El lunes que viene depositaré mi tesis en la Universidad, y sé que habrá un apartado Agradecimientos terminado; tiene que haberlo. Sólo espero que su contenido sea capaz de llegar al corazón de la gente que en él menciono como sus palabras han llegado al mío. Muchas gracias.
Atentamente,
Elena
4 comentarios:
Felicidades por acabar tu tesis y por esos amigos que tienes. Desde Sevilla, un saludo de una doctorando en crisis.
mj
linda, estaba pensando... ¿se lo puedes hacer llegar a la señora Montero? ¿o ya lo has hecho?
besito!
El post es un copypaste del mail que le mandé.
:)
por cierto, mj, mucho ánimo.
Las crisis pasan, los experimentos acaban saliendo, y antes o después estarás liada con los agradecimientos. Mucha suerte!
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