Escribir la introducción de la tesis está siendo un ejercicio difícil, pero muy interesante. Empiezas por releer los artículos que leíste en tus primeros meses de doctorado y a los que has vuelto de vez en cuando para comprobar cosas durante los cuatro años. Leyéndolos, por fin vas y buscas esa referencia... y la lees. Y ésta te lleva a otra, y a otra y a otra y a otra. Te das cuenta de que, si hubieras leído esos artículos hace cuatro años, quizá hubieras hecho aquél experimento antes, y definitiviamente NO habrías hecho aquel otro.
Me estoy dando cuenta de que los doctorados hoy en día se basan en la producción pura y dura. No es culpa de los jefes, pues ellos también están bajo la presión de publicar (cuanto más, mejor) para conseguir más becas, otra plaza, un tenure, un professorship, etc. Sin embargo, nos están robando a los doctorandos la alegría de descubrir por nosotros mismos qué se ha hecho, qué falló, qué funcionó, la increíble experiencia de releer a los clásicos de cada campo, de flipar literalmente con los experimentos que se hacían cuando yo anda aún colgada de las faldas de mi madre. Es toda una lección de humildad, y también la realización de que, realmente, no hay nada nuevo bajo el sol. Los experimentos que hacemos hoy en día son exactamente los mismos que hace treinta años, sólo que con mejores microscopios, más exhaustivos y con películas más molonas.
Sin embargo mi doctorado, que pronto va a haber durado cuatro años y muy poco, ha dado para un artículo (cuando se publique, si es que se publica (!) pordiosquesepubliqueometiroporlaventana).
Un solo artículo, y os prometo que no me he rascado la nariz más de lo estrictamente necesario. He trabajado básicamente seis días a la semana, una media de doce horas al día. Si hubiera dedicado al background research el año que mi doctorado hubiera requerido, hubieran sido cinco años, lo cual está fuera de los límites de mi IMPRS. (International Max Planck Research School)
No es un mal sistema, porque funcionar, funciona. Todos publicamos y todos nos vamos de Dresden con nuestro título de Doctor bajo el brazo. Sin embargo, creo que este sistema ahuyenta a los que no veníamos con las ideas clarísimas de querer hacer carrera científica. Nos metieron de lleno en el diseño de experimentos, a veces se nos dijo cuáles debíamos hacer y cuáles no, sin llegar a entender por qué sí o por qué no. Creo que si muchos de los que ahora nos planteamos dejar la investigación hubiéramos tenido la tranquilidad para leer, buscar y descubrir por nosotros mismos, otro gallo nos cantaría. Ojo, no estoy diciendo que la Ciencia pierde algo sin nosotros. Creo que más bien nuestras habilidades se han reenfocado hacia otros campos. Lo que sí estoy diciendo es que si los jefes quieren que ciertos estudiantes se queden, deberían aflojarles la correa y dejarles algo más de espacio al principio.
(Disclaimer: Hablo por propia experiencia y un n=1, es decir, yo. Y hablo desde lo que conozco, la Biología del Desarrollo en un Instituto altamente competitivo como el mío.)
Me estoy dando cuenta de que los doctorados hoy en día se basan en la producción pura y dura. No es culpa de los jefes, pues ellos también están bajo la presión de publicar (cuanto más, mejor) para conseguir más becas, otra plaza, un tenure, un professorship, etc. Sin embargo, nos están robando a los doctorandos la alegría de descubrir por nosotros mismos qué se ha hecho, qué falló, qué funcionó, la increíble experiencia de releer a los clásicos de cada campo, de flipar literalmente con los experimentos que se hacían cuando yo anda aún colgada de las faldas de mi madre. Es toda una lección de humildad, y también la realización de que, realmente, no hay nada nuevo bajo el sol. Los experimentos que hacemos hoy en día son exactamente los mismos que hace treinta años, sólo que con mejores microscopios, más exhaustivos y con películas más molonas.
Sin embargo mi doctorado, que pronto va a haber durado cuatro años y muy poco, ha dado para un artículo (cuando se publique, si es que se publica (!) pordiosquesepubliqueometiroporlaventana).
Un solo artículo, y os prometo que no me he rascado la nariz más de lo estrictamente necesario. He trabajado básicamente seis días a la semana, una media de doce horas al día. Si hubiera dedicado al background research el año que mi doctorado hubiera requerido, hubieran sido cinco años, lo cual está fuera de los límites de mi IMPRS. (International Max Planck Research School)
No es un mal sistema, porque funcionar, funciona. Todos publicamos y todos nos vamos de Dresden con nuestro título de Doctor bajo el brazo. Sin embargo, creo que este sistema ahuyenta a los que no veníamos con las ideas clarísimas de querer hacer carrera científica. Nos metieron de lleno en el diseño de experimentos, a veces se nos dijo cuáles debíamos hacer y cuáles no, sin llegar a entender por qué sí o por qué no. Creo que si muchos de los que ahora nos planteamos dejar la investigación hubiéramos tenido la tranquilidad para leer, buscar y descubrir por nosotros mismos, otro gallo nos cantaría. Ojo, no estoy diciendo que la Ciencia pierde algo sin nosotros. Creo que más bien nuestras habilidades se han reenfocado hacia otros campos. Lo que sí estoy diciendo es que si los jefes quieren que ciertos estudiantes se queden, deberían aflojarles la correa y dejarles algo más de espacio al principio.
(Disclaimer: Hablo por propia experiencia y un n=1, es decir, yo. Y hablo desde lo que conozco, la Biología del Desarrollo en un Instituto altamente competitivo como el mío.)
2 comentarios:
Buenas reflexiones. La responsabilidad de realizar una buen doctorado ( tesis y publicaciones) tiene su máxima responsabilidad en el tutor o en el jefe .
El l@ es quien tiene que aconsejar ,que camino es mas eficiente para conseguir los objetivos. Para ello es necesario horas y horas , días y días de charlas , discusiones y vuelta a empezar . En definitiva tomarla como tuya para que al final salga un buen trabajo. Seguro que te sale bien.
hola , he leido varios post tuyos en diferentes blogs y en los que hablas de tus estudios,la verdad esque todo lo que cuentas es exactamente lo que me gustaria hacer a mi, soy un recien estrenado universitario en ingenieria quimica ,pero me gustaria acercarme a una rama lo mas biologica posible, nose si me explico bien ,alo que me permita estudiar el medio ambiente ,la vida,y tambien quimica. Queria pedirte consejo sobre que carrera piensas que seria mas aconsejable,he pensado en biotecnologia pero no se si es la adecuada, quizas un master y doctorado en ciencias medio ambientales despues de ingenieria quimica?
mi correo es gonzaxx_@hotmail.com
te agradeceria muchisimo una contestacion
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