Sólo hace unas cuantas semanas que me fui de Dresden. Ni siquiera se puede decir que me haya ido del todo, porque en Enero tengo que volver. Aún así, ya me he dado cuenta de cómo la ciudad se ha enredado en mi manera de ser, y de cuánto la echo de menos. A pesar del poco tiempo que llevo sin vivir en ella, la veo ya como algo lejano, como una etapa de mi vida que ha pasado, y al mismo tiempo, me pregunto cómo estoy haciendo para vivir sin ella. La veo como algo irreal, como una maqueta de un lugar imaginario, con gente muy querida que sigue viviendo allí y haciendo su vida. Hoy, mi amigo Alex ha publicado esto en su blog, y me voy a permitir reproducirlo en el mío.
Rothenburgerstrasse en tilt-shift. Esas personillas irreales, ese tranvía de juguete, esas calles oscuras, forman aún una parte importante de mi ser.
Actualización:
Alex ha hecho otro vídeo parecido del mercadillo de Navidad de Dresden, el Striezelmarkt. Enjoy!
Rothenburgerstrasse en tilt-shift. Esas personillas irreales, ese tranvía de juguete, esas calles oscuras, forman aún una parte importante de mi ser.
Actualización:
Alex ha hecho otro vídeo parecido del mercadillo de Navidad de Dresden, el Striezelmarkt. Enjoy!
Miniature Dresdner Striezelmarkt from Alex Bird on Vimeo.
1 comentario:
linda...
pues yo acabo de pasar unos 3 días por parís
y no sé qué decir!
es mu raro...
de entrada... valga la conclusión "vivir 6 meses en una ciudad es un poco pa ná, lo que es 'tu casa' no la llegas a sentir"... al menos una ciudad de las grandes!!!!
qué cosas...
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