Lo aviso desde ya. Este post NO es una queja. Estoy intentando explicarme a mí misma lo que me ha pasado.
El plan era pasar el fin de semana en Berlín, con Alba y su hermana, que vive allí. Ir el sábado después de mi fish duty y volver el domingo por la noche, en el último bus. Todo estaba planeado para después de haber hecho mi TAC, como un previo a las vacaciones reales, que empezarán el jueves que viene.
Y anteayer, el viernes, mi jefe me dice que necesita los resultados de la in situ para ponerlos en la charla el lunes. Que necesita la gráfica con la cuantificación antes del lunes a la hora de comer. Y el protocolo de la in situ son tres días. Tres. El viernes, el sábado y el domingo. Después de unas horas de incertidumbre, de pensar si me voy o no me voy, de comprobar que nadie de confianza estaría el domingo en el labo para terminarme el protocolo, decidí que volvería antes de Berlín y acabaría yo misma el experimento. Se lo dije a mi jefe y bueno, al menos me dio las gracias. En verdad no es su culpa. Ni siquiera hay que llamarlo "culpa". No sé.
Al fin y al cabo, es la primera vez, como dije anteriormente, que se preocupa tanto por mi proyecto. Y yo también necesito que esa charla tenga los mejores resultados posibles, porque mi nombre va a ir en ella. Así que el sábado, además de fish duty, tuve que empezar el protocolo. Luego me fui a Berlín, vimos Los abrazos rotos, fuimos a cenar sushi, nos tomamos una copa con Per y Garrett que estaban en Berlín porque hoy se iban a un congreso y luego a casa. Esta mañana hemos ido al Flohmarkt, hemos paseado por Berlín, y hemos comido en un pakistaní brutal. Y luego he cogido el bus cinco horas antes de lo previsto y aquí estoy, un domingo a las 9 de la noche en el laboratorio, y aún ni siquiera he empezado a revelar la in situ. Por ahora sólo he hecho los lavados del infierno (4x30minutos). Me quedan al menos tres horas más, y luego hacer las fotos, cuantificarlas y hacer las gráficas. Me quedaré hasta que termine, sea la hora que sea, le mandaré las gráficas a mi jefe y mañana, por fin, dormiré más de 7 horas seguidas. Y creo muy firmemente que me voy a levantar sabiendo que he hecho lo que tenía que hacer. Que sí, que hubiera sido guay quedarse más tiempo en Berlín y que ha sido una putada porque llevo tres semanas trabajando todos los días y muy cansada por los antibióticos. Pero la Elena optimista está volviendo y me dice que "it's fine".
Y yo le hago caso.
:)
El plan era pasar el fin de semana en Berlín, con Alba y su hermana, que vive allí. Ir el sábado después de mi fish duty y volver el domingo por la noche, en el último bus. Todo estaba planeado para después de haber hecho mi TAC, como un previo a las vacaciones reales, que empezarán el jueves que viene.
Y anteayer, el viernes, mi jefe me dice que necesita los resultados de la in situ para ponerlos en la charla el lunes. Que necesita la gráfica con la cuantificación antes del lunes a la hora de comer. Y el protocolo de la in situ son tres días. Tres. El viernes, el sábado y el domingo. Después de unas horas de incertidumbre, de pensar si me voy o no me voy, de comprobar que nadie de confianza estaría el domingo en el labo para terminarme el protocolo, decidí que volvería antes de Berlín y acabaría yo misma el experimento. Se lo dije a mi jefe y bueno, al menos me dio las gracias. En verdad no es su culpa. Ni siquiera hay que llamarlo "culpa". No sé.
Al fin y al cabo, es la primera vez, como dije anteriormente, que se preocupa tanto por mi proyecto. Y yo también necesito que esa charla tenga los mejores resultados posibles, porque mi nombre va a ir en ella. Así que el sábado, además de fish duty, tuve que empezar el protocolo. Luego me fui a Berlín, vimos Los abrazos rotos, fuimos a cenar sushi, nos tomamos una copa con Per y Garrett que estaban en Berlín porque hoy se iban a un congreso y luego a casa. Esta mañana hemos ido al Flohmarkt, hemos paseado por Berlín, y hemos comido en un pakistaní brutal. Y luego he cogido el bus cinco horas antes de lo previsto y aquí estoy, un domingo a las 9 de la noche en el laboratorio, y aún ni siquiera he empezado a revelar la in situ. Por ahora sólo he hecho los lavados del infierno (4x30minutos). Me quedan al menos tres horas más, y luego hacer las fotos, cuantificarlas y hacer las gráficas. Me quedaré hasta que termine, sea la hora que sea, le mandaré las gráficas a mi jefe y mañana, por fin, dormiré más de 7 horas seguidas. Y creo muy firmemente que me voy a levantar sabiendo que he hecho lo que tenía que hacer. Que sí, que hubiera sido guay quedarse más tiempo en Berlín y que ha sido una putada porque llevo tres semanas trabajando todos los días y muy cansada por los antibióticos. Pero la Elena optimista está volviendo y me dice que "it's fine".
Y yo le hago caso.
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