A veces, uno no está donde está. Tampoco donde debe estar, ni siquiera donde quiere estar. Y es que los lugares se mueven; se mueven porque están vivos. Y cuando mueren, dejan de existir. Bienvenido.
viernes, 29 de mayo de 2009
Llegando a Dresden
Hay pocas cosas más tristes que salir de la sala de recogida de equipaje y que no haya nadie esperándote al otro lado de las puertas.
4 comentarios:
bioanonimo
dijo...
De parte de alguien que encontro lo que no existe y lo lee. Si hay algo mas triste, de hecho 2 cosas, 1º que nadie se acuerde de tu cumpleaños y 2º Estar malo ( por ej gripe)y que nadie te cuide ni le importe.
Y ya lo remata que te toque un día gris y lluvioso de esos que se hace de noche a las 19:00 de la tarde. No te preocupes mujer, seguro que remontamos esta mala racha. Aunque parece que vamos a tener que esperar algunos días para ver el sol.
Ay, eso es lo que nos ocurre a los culos inquietos que no paramos de movernos. Pero seguro que había gente despidiéndote en el control de seguridad hacia Dresden.
4 comentarios:
De parte de alguien que encontro lo que no existe y lo lee.
Si hay algo mas triste, de hecho 2 cosas, 1º que nadie se acuerde de tu cumpleaños y 2º Estar malo ( por ej gripe)y que nadie te cuide ni le importe.
Te comparto, me pasa lo mismo cuando llego a Atocha.
Y ya lo remata que te toque un día gris y lluvioso de esos que se hace de noche a las 19:00 de la tarde.
No te preocupes mujer, seguro que remontamos esta mala racha. Aunque parece que vamos a tener que esperar algunos días para ver el sol.
Ay, eso es lo que nos ocurre a los culos inquietos que no paramos de movernos. Pero seguro que había gente despidiéndote en el control de seguridad hacia Dresden.
Besitos, Elena.
bego
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