Esta mañana venía escuchando Fito y como suele pasarme a veces, escucho por "primera vez" un verso que llevaba oyendo mucho tiempo. Le doy un nuevo significado, o un significado y punto. El verso que me ha encendido una bombillita hoy ha sido "Qué te metes, Don Quijote, pa flipar con los molinos?
Mucha gente vive en un mundo paralelo, en el mundo de su imaginación. Mucha gente piensa que las cosas son de una manera, cuando en la realidad objetiva en la que vivimos, son de otra. La gente finje cosas, esconde cosas, se plantea los problemas de una manera irreal, y acaba tratando a los demás en base a esa fantasía. Y los demás asistimos atónitos al espectáculo de esta gente "flipando con los molinos".
Lo que esta gente "se mete" para conseguir entrar en ese estado de despegue de la realidad es su ansia por cumplir sus deseos, sus sueños. Es un ejercicio válido. Es válido emborracharte de tus propios sueños para hacer que tu realidad se parezca más a ellos. Es válido incluso plantearse el día a día como si fuera una novela o una película en la que uno es el protagonista y tiene que hacer que todo salga bien. Lo que no es válido es arrastrar a los demás a esa fantasía, porque los demás no pertenecen a ella. O sí, pero sólo en la cabeza del dueño de dicha fantasía. Sólo porque tú pienses que tu casa es más bonita que la mía no tienes derecho a hablarme, tratarme y actuar como si eso fuera verdad, por poner un ejemplo banal. Sólo porque tú pienses que tu manera de hacer las cosas es la mejor, la más correcta o la que mejores resultados da, no tienes derecho a dar eso por sentado frente a los demás.
Creo que tiene un poco que ver con la capacidad de ser empático. Con la capacidad de salirse de su propia realidad para meterse en la de los demás. O, si no meterse, al menos ser capaz de admitir que existe y contemplarla.